La Fitbit Force fue nuestra pulsera rastreadora de actividad física favorita de 2013 junto a la Jawbone Up24, pero desapareció de repente a principios de este año debido a una retirada del mercado por reacciones cutáneas adversas. La buena noticia es que la Fitbit Charge es la Fitbit Force renacida. Pero ésta es mejor: la banda se ajusta mejor a la muñeca y el firmware ahora permite notificaciones de llamadas y seguimiento automático del sueño.
Pero aquí la mala noticia: cuesta US$130, que no es un mal precio para lo que recibes, pero la más moderna, Fitbit Charge HR, que debe salir al mercado el próximo año, costará apenas US$20 más. Ese modelo agrega seguimiento cardíaco y una hebilla más tradicional, además de hacer todo lo que hace la Force normal reseñada en estas páginas. El aumento de precio es tan ligero que la decisión se facilita: si estás interesado en la Force, debes esperar por la Charge HR.

Diseño
La Charge tiene aspecto de pulsera de actividad física, como la Fitbit Flex, pero la pequeña y brillante pantalla la lleva a territorio de smartwatch. La pantalla OLED muestra claramente la hora, los pasos, las calorías quemadas, escaleras subidas y distancia recorrida. Pero necesitas apretar un botón lateral, o tocar dos veces la pantalla con firmeza, para leer la información, porque de otra manera la pantalla se mantiene a oscuras para ahorrar batería.
La Charge viene por ahora en dos colores, negro y gris, así como en tres tamaños. Yo escogí el grande, pero la banda puede ajustarse hasta cierto punto.
La Fitbit Force original tenía problemas, como que la hebilla se zafaba sola. De hecho, perdí dos mientras las probé en CNET (me miraba la muñeca y me daba cuenta que ya no estaba ahí). Afortunadamente, la Fitbit ha mejorado la manilla. Hasta ahora sigue en mi muñeca y no se zafa incluso si la levanto por un borde, y es cómoda.
Casi no noto que la tengo puesta, pero tampoco la puedo usar en todas las condiciones, porque no es lo suficientemente resistente al agua para nadar o ducharse con ella. El problema es que como es tan ligera a veces uno olvida quitársela. O a lo mejor estoy acostumbrado a las pulseras deportivas impermeables.
La Charge usa el mismo chip USB de carga que la Fitbit Force: un pequeño conector debajo de la pulsera. Puedes sincronizar la Charge inalámbricamente con aplicaciones de Android, iOS o Windows, o manualmente con una PC o Mac. Pero recuerda no perder ese cable.
Rastreo de actividad: bueno, pero puede mejorar
Se sabe que las Fitbits tienen el sistema más preciso para contar los pasos entre las pulseras de su categoría. La Charge mide pasos, distancia y elevación (que calcula como "escaleras subidas") gracias a un barómetro. La Charge también reconoce los ejercicios "activos", que significa trotar o correr. Dan Graziano, editor de CNET, trató de probar la precisión de la Fitbit Charge en carreras de larga distancia y encontró algo raro: registró una milla completa en la estera como 0.91 millas. Otras pulseras similares, como la Microsoft Band, muestran más precisión en el registro de larga distancia.
La Charge registra carreras o sesiones de ejercicios: si mantienes presionado el botón comienza a grabar una carrera. También puedes usar el GPS de tu teléfono para mapear una ruta específica en la aplicación del teléfono pareado. De otra manera, sólo registra distancia, y pasos/calorías, además de "minutos activos".
La aplicación de la Fitbit está bien apoyada por otras aplicaciones y servicios, algo muy positivo. Funciona con iOS, Android y Windows Phones, para un total de más de 100 dispositivos y es una de las aplicaciones de ejercicios y ecosistema más populares entre las pulseras de su tipo por alguna razón. Pero puede mejorar.
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